lunes, 28 de marzo de 2011

El noviciado

El 5 de agosto de 1922 empezó el noviciado. Se alternaban horas de estudio, de oración y de trabajo, en unas jornadas que la llenaban de felicidad. Después de dos años, se consagró totalmente al Señor con los votos religiosos.

Fue destinada a la casa de Valverde del Camino, pequeña ciudad de nueve mil habitantes, situada en el extremo suroeste de España, en la zona minera de Andalucía, al confín con Portugal. Las niñas del colegio y del oratorio, en el primer encuentro, quedaron desilusionadas. La nueva hermana tenía un aspecto insignificante, pequeña y pálida, con manos gruesas y además un nombre feo.

A la mañana siguiente, la hermana Eusebia ya estaba en su lugar de trabajo, un trabajo variado: cocina, portería, ropería, cuidado del pequeño huerto y asistencia a las niñas del oratorio festivo. Era feliz de «estar en la casa del Señor por todos los días de su vida».

Pronto las niñas se fueron sintiendo atraídas por las narraciones de hechos misioneros, vidas de santos, episodios de la devoción mariana, o anécdotas de don Bosco, que la hermana Eusebia recordaba gracias a su gran memoria; además, sabía hacerlas atractivas por su convencimiento y su fe sencilla.

Fue en ese colegio donde esparció el aroma de su santidad y de su espíritu salesiano, como destacada hija de su fundador San Juan Bosco y de María Auxiliadora, siendo para todos y para todo, alegre, sencilla, humilde, servicial y muy dispuesta. Aprovechaba todos los momentos libres del día para enseñar a las niñas de su querido colegio valverdeño, todas las virtudes cristianas y sobre todo, que la verdadera sabiduría es la paz y unión con Dios. Aprovechaba también los domingos y días festivos, en los "oratorios", para enseñarles el Catecismo y hablarles del amor a la Santísima Virgen y a Nuestro Señor Jesucristo.

Su primer encuentro con Jesus...

Su primer encuentro con Jesús Eucaristía, a la edad de ocho años, le dio una sorprendente percepción del significado de pertenecer y de ofrecerse totalmente al Señor como don.

Muy pronto tuvo que dejar la escuela para ayudar a la familia y dio prueba de una madurez precoz al cuidar, a pesar de su poca edad, a niños de algunas familias del pueblo mientras sus padres iban a trabajar. A los doce años se trasladó a Salamanca, con su hermana mayor, y se puso a servir como niñera.

Los domingos por la tarde iba al oratorio festivo de las Hijas de María Auxiliadora; las religiosas la invitaron a ayudar a la comunidad. Eusebia aceptó con mucho gusto y enseguida puso manos a la obra: ayudaba en la cocina, acarreaba la leña, colaboraba en la limpieza de la casa, tendía la ropa en el patio grande, iba a acompañar al grupo de las estudiantes a la escuela estatal y hacía los mandados en la ciudad.

En su interior fue creciendo el deseo secreto de consagrarse totalmente al Señor. Pensaba: «Si cumplo con diligencia mis deberes, tendré contenta a la Virgen María y podré un día ser su hija en el Instituto». No se atrevía a pedirlo, por su pobreza y falta de instrucción; no se creía digna de tal gracia, pues pensaba: «¡Es una congregación tan grande!».

ºoO Niñes de la pequeña Eusebia Ooº

Sor Eusebia fue una Religiosa Salesiana que nació en Cantalpino (Salamanca, España), el 15 de Diciembre de 1899 y murió en olor de Santidad el 10 de Febrero de 1935, en Valverde del Camino (Huelva, España). Su familia era muy rica de fe, pero muy escasa de medios económicos. Agustín, el padre, hombre de gran bondad y dulzura, trabajaba como bracero temporal al servicio de los terratenientes de los alrededores, y su madre Juana Yenes atendía la casa con los cuatro hijos.
Cuando en el invierno el campo reposaba y el trabajo faltaba, el pan escaseaba. Entonces el padre se veía obligado a pedir la caridad de otros pobres en los pueblos de la zona. Algunas veces lo acompañaba la pequeña Eusebia, de apenas siete años, que, ignorante de lo que costaban esas humillaciones, disfrutaba con las caminatas por los senderos del campo y alegremente correteaba y saltaba junto a su padre, el cual le hacía admirar la belleza de la creación y la luminosidad del paisaje de Castilla, dándole catequesis.

lunes, 21 de marzo de 2011

Sor Eusebia Palomino

Nacida en Cantalpino(Salmanca, España)el 15 de diciembre de 1899, Eusebia Palomino Yenes vive un infancia pobre, pero feliz y luminosa de fe en la paperrima casa en la cual su madre y hermanas alternan el trabajo y la oración en un clima de amor reciproco y de benévola caridad hacia todos.
Su misma vida es precozmente marcada por fatigosas jornadas de trabajo, a servicio de las familias de la aldea.
DE su padre aprendió con vivo interés las primera nociones del catecismo              , que le permitieron recibir el Pan del Cielo alos nueve añios. En ese momento Eusebia viv3e en su interior algo grande e inefable: Salto la chispa de un intenso amor de Jesùs sacramentado, que le da gran felicdad en cada encuentro eucarístico.
Este amor la lleva a vencer toda dificultad y a superar el tirno afecto que siente por su familia, para consagrarse enteramente al Señor como Hija de Maria Auxiliadora (1924).