lunes, 4 de abril de 2011
Aprendiendo de su padre
En cierta época del año, Eusebia y su padre tenían que salir a pedir limosna a los pueblos cercanos, pero lo hacían con alegría y con una fe llamativa.En esos largos viajes, Agustín le inculcó a su hija la fe y ella demostró su interés en aprender los misterios de Nuestro Señor. Eusebia trabajaba, rezaba y quería a su familia. El día de su Primera Comunión Eusebia lo vivió intensamente. Poco después fue empleada para ayudar a una familia pudiente. Ella no dejó de prestar atención a su crecimiento como adolescente, poniendo su amistad con Jesús en el primer lugar.
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