lunes, 9 de mayo de 2011

Oracion


Aqui les dejo una oracion a Sor Eusebia:
Oh Dios, dador de todo bien, que otorgas tu sabiduría a los pequeños y humildes, te suplicamos quieras glorificar a tu humilde sierva Sor Eusebia, y concedernos por su intercesión, la gracia que te pedimos... (dígase la gracia que se desea obtener).
Te suplicamos además, oh Dios Padre Nuestro, que siguiendo las huellas de esta heroica Hija de María Auxiliadora, muchas otras almas la imiten, sea en el mundo o en la vida consagrada, que tan amorosamente profesó en la estela fecunda de San Juan Bosco y María Mazzarello

lunes, 25 de abril de 2011

Gracias concebidas por Sor Sor Eusebia 2

EXTRANJERO 10-02-03

-Una mujer de 40 años encargada de la limpieza de un edificio, se cayó por el cubo de luz sobre una cisterna de cemento perdiendo el conocimiento un buen rato. Corrimos para ayudarla y acudió el doctor. siendo llevada luego a la Seguridad Social. Desde el primer momento se la encomendé a Sor Eusebia. No tuvo más que rasguños y moretones. Se empeñó en ir a trabajar el día siguiente. María Elena Celorio. MEXICO.

-Sufrí mucho pues una hija mía se fue de mi casa. Pedí de corazón a Sor Eusebia que volviera. A los cinco días regresó prometiendo ser de nuevo una buena hija. Mesuján Ordóñez. POPAYAN. (COLOMBIA).

-Se me extravió una maleta de un viaje. La dejé olvidada en la máquina. Me encomendé a Sor Eusebia. El chófer fue al Colegio a entregarla. Elvira Osorio. BOGOTA.




ESPAÑA 10-02-02

-Fui operada de un cáncer de colon el 31- 5- 96. Por la magnitud y calidad del tumor, el médico pronosticó que era tarde y que, posiblemente, tuviera metástasis en el higado. Después de tres horas de operación en la cual me extirparon el tumor, no encontraron nada más. El médico me comentó que consideraba un milagro que no estuviera invadida en ningun otro sitio. Ahora, despues de cinco años, sin necesidad de quimioterapia ni radioterapia, sigue todo normal. He tenido controles cada seis meses y ahora ya lo tengo cada año; el cirujano me ha dado de alta. He esperado hasta hoy. 5-7-01. para manifestar la gracia que puse en manos de Sor Eusebia, desde que supe el primer diagnóstico, antes de la operación, para que ella intercediera por mi. Deseo proclamarlo. que por ella Dios me ha sanado. Delhy Lugaresi. MADRID.

- Una de mis hermanas tuvo un infarto intestinal, del que los médicos dijeron que no salía, incluso se le administró la Unción de los enfermos. Yo puse toda mi confianza en Sor Eusebia y le puse una reliquia en su almohada. Aunque estuvo un mes ingresada, gracias a Dios que escuchó a Sor Eusebia. Hoy está en casa, bastante bien. También quiero dar gracias, porque yo tenía una piedra en el riñón y por intercesión de Sor Eusebia, Dios me concedió la gracia de que, con el tratamiento que hice durante un año, la piedra se deshizo y el riñón quedó totalmente limpio. Patrocinio Rodríguez. SEVILLA.

- Debido aun accidente, mi hijo quedó en coma profundo bastante tiempo; los médicos decían que sólo un milagro podría hacerlo revivir. Guiada por Ja fe, acudí ala intercesión de Sor Eusebia y por fin, apareció el esperado milagro. Actualmente, camina. entiende, habla y él mismo la invoca. diciendo: "Eusebita dame la claridad mental que me falta" e igualmente acude con pequeñas oraciones al Corazón de Jesús
y a Ntra. Madre Stma. En sus revisiones periódicas y en sus sesiones de rehabilitación se quedan sorprendidos de cómo va superándose, cosa que nunca pensaron. ¡Mil gracias Sor Eusebia!. Antonia de Jesús. GALDAR (G. Canaria).

-Viéndome apurada en los estudios, pues me preocupaba el examen de COU, le recé a Sor Eusebia, junto con mi madre y lo aprobé. Después vino el problema de la Selecctividad, para la que no me encontraba preparada. Me animaron los Profesores y mi hermana para que me presentase. Contando con la ayuda de Sor Eusebia me animé a estudiar bastante, sacándola con buena nota. ¡Sor Eusebia, Gracias!. Inmaculada
Domínguez. NIEBLA (Huelva).

10-02-02

-Estábamos esperando por grandes apuros y gracias a la intercesión de Sor Eusebia pudimos solucionarlos. Siempre estaremos agradecidos por ese gran favor. Familia de SEVILLA.

- Padecia unas hemorragias muy grandes por un mioma que tenia. Me operaron el 2º dia de la Novena de Maria Auxiliadora, 16 -5- 01. Me pude levantar por mi misma el 2º dia de la operación. Al 4º me dieron de alta y el 9º dia pude ir a la Novena de Maria Auxiliadora totalmente restablecida. Durante todo el tiempo postoperatorio no tuve
dolor. Yo habia ido varias veces a Valverde anteriormente y habia pedido a Sor Eusebia que intercediera delante de Maria Auxiliadora para que saliera bien de la operación. Lo considero como gracia extraordinaria que Maria Auxiliadora me ha concedido por su
intercesión. ¡Gracias. Sor Eusebia!. Pepi. HUELVA.

-En Agosto del 2001 diagnosticaron a mi madre una neoplasia de mama. por lo que sufrió una operación de la que salió muy bien. Yo habia rogado a Sor Eusebia que intercediera. No le han tenido que dar ninguna terapia. Rezábamos todos los dias el Rosario de las Llagas y a Maria Auxiliadora. Dolores Alvarez. JEREZ DE LA FRONTERA
(Cádiz).

Gracias concebidas por Sor Eusebia

Son innumerables las gracias que ha concedido, y sigue concediendo, esta insigne religiosa. Entre todas, podemos destacar estas:

ESPAÑA, boletín 10-02-03

Quiero expresar mi profundo agradecimiento a Sor Eusebia, de modo especial, por la gracia concedida a mi hija que tenía problemas grandes en la garganta. María de los Angeles. SANTA CRUZ DE TENERIFE.

Recibí su ayuda en las oposiciones de Secundaria del año 2000. Concepción Villa. BADAJOZ.

Pedí a Sor Eusebia que mi hijo acabara la Carrera de Ingeniero Informático y si era posible un trabajo. Todo se ha cumplido. Dolores Facal. MADRID.

-Mi hijo mayor de 48 años necesitaba un trasplante de corazón; al cabo de año y medio de pedírselo llegó. Se encuentra perfectamente. Lola Gordillo. SEVILLA.

- Encontrándome en Praga con unas amigas en abril 02 me caí, lastimándome el pie derecho. Esa misma noche, estando en el teatro, el dolor se acrecentó y me encontraba tan mal que tuve que volverme al hotel, en donde mis amigas trataron de aliviarme con masajes, sin éxito. Una de ellas hermana de S. Angeles Marcos, Salesiana, propuso
rezarle a Sor Eusebia y colocó una reliquia debajo de mi almohada. Sobre las cuatro de la madrugada me desperté y no sentí dolor alguno. Al poner el pié en el suelo tampoco sentí molestia, pudiendo continuar el viaje sin problemas. Al volver a Valencia, mi familia
me aconsejó ir al médico, las radiografías que me hicieron no acusaron nada. Sor Eusebia, te agradezco tu intercesión. Conchita Burguera. SUECA (VALENCIA).

-Doy gracias a Sor Eusebia, pues le encomendé el caso de mi hija Cristina que el 6 de marzo de 1999 se moría, en el hospital de Jerez. Gracias a Dios se encuentra en perfecto estado de salud. Victoria Segura. JEREZ DE LA FRONTERA (CADIZ).

-Fuimos a visitar la tumba de Sor Eusebia y le presenté mi situación: me encontraba sin trabajo y con 47 años. Se lo pedimos con fuerza y me lo concedió. Felix López. ALMERIA.

-He visto claramente la intervención de Sor Eusebia en una enfermedad que me duró cuatro meses y que terminó verificándose unos hechos que hubieran tenido que ser obtenidos mediante una intervención médica,lo que causó gran admiración y sorpresa tanto al médico D. Francisco J. González como a la hija de la Caridad S. Pilar Suárez.
Muchas personas la estaban invocando pidiendo mi curación.
Juan Méndez. BADAJOZ.

- Una niña de Las Palmas de G. C. ha curado milagrosamente de una enfermedad muy grave con grandes complicaciones. Los padres de la niña, médicos los dos, atestiguan que con su familia pedían con fe al Corazón de Jesús y a Sor Eusebia su curación y que celebraron una Misa pidiéndo su salud. Sin que nadie pudiera explicar el por qué ni el cómo, la niña comenzó a mejorar y a las 72 horas pasó a planta, pudiéndo leer, tocar la guitarra y recibir a sus amigas. La explicación científica y médica nunca quedó aclarada. No se aportan nombres y datos reales para salvaguardar la intimidad.
El padre de la niña se ofrece no obstante a través de quien llegue esta notificación a cualquier tipo de aclaración.

La beatificacion de Sor Eusebia

El rostro delicado de Sor Eusebia Palomino se asomó el 25 de abril de 2004 con timidez a la Plaza de San Pedro cuando Juan Pablo II la declaró beata y estableció su fiesta el 9 de febrero, aniversario de su fallecimiento en 1935. En el gigantesco retrato descubierto en la fachada de la basílica, la minúscula salesiana de Valverde del Camino apareció sorprendida, casi intimidada, por el espectáculo de alegría, aplausos y banderas que desbordaba la plaza.

Con una energía que no mostraba desde hace dos años, el Papa leyó una larga homilía sobre los seis nuevos beatos, entre los que figuran Augusto Czartoryski (1858-1893), príncipe polaco exilado y nieto de la reina María Cristina de Borbón, quien descubrió su vocación salesiana cuando conoció a San Juan Bosco; Laura Montoya (1874-1949), la primera colombiana elevada a los altares; y Alexandrina Da Costa (1904-1955), una laica portuguesa que recibió grandes dones místicos y pasó los últimos trece años de su vida sin comer ni beber, recibiendo como único alimento la Eucaristía.

Espiritualidad y humildad

Juan Pablo II subrayó que «Sor Eusebia Palomino, de las hijas de María Auxiliadora, respondió a la llamada de Dios a través de una intensa espiritualidad y una profunda humildad en su vida diaria». Para la muchacha salmantina que pasó casi toda su vida religiosa en una escuela de Valverde del Camino, «lo importante era amar y servir; el resto no contaba», fiel a la máxima salesiana de «dame almas y quítame todo lo demás». Según el Papa, aquella mujer sencilla, «trazó, con la radicalidad y coherencia de sus opciones, un camino fascinante y exigente de santidad para nosotros y, muy especialmente, para los jóvenes de nuestro tiempo».

La delegación oficial española, presidida por el ministro consejero de la Embajada de España ante la Santa Sede, Luis Belzuz, a quien acompañaba su esposa, contó con la presencia de los alcaldes de Cantalpino (Salamanca) y de Valverde del Camino (Huelva), los dos pueblecitos que enmarcan, entre 1899 y 1935, la vida de Eusebia. El obispo onubense, Ignacio Noguer, intervino en la ceremonia pidiendo al Papa la beatificación de aquella chiquilla de familia muy pobre que empezó a trabajar como niñera a los doce años en Salamanca, derrochó afecto por las niñas de Valverde del Camino, predijo la Guerra Civil, ofreció su dolorosa enfermedad por las almas y difundió la devoción al Amor Misericordioso, revelado pocos años antes a Santa Faustina Kowalska.<span> </span>El rostro delicado de Sor Eusebia Palomino se asomó ayer con timidez a la Plaza de San Pedro cuando Juan Pablo II la declaró beata y estableció su fiesta el 9 de febrero, aniversario de su fallecimiento en 1935. En el gigantesco retrato descubierto en la fachada de la basílica, la minúscula salesiana de Valverde del Camino apareció sorprendida, casi intimidada, por el espectáculo de alegría, aplausos y banderas que desbordaba la plaza.Con una energía que no mostraba desde hace dos años, el Papa leyó una larga homilía sobre los seis nuevos beatos, entre los que figuran Augusto Czartoryski (1858-1893), príncipe polaco exilado y nieto de la reina María Cristina de Borbón, quien descubrió su vocación salesiana cuando conoció a San Juan Bosco; Laura Montoya (1874-1949), la primera colombiana elevada a los altares; y Alexandrina Da Costa (1904-1955), una laica portuguesa que recibió grandes dones místicos y pasó los últimos trece años de su vida sin comer ni beber, recibiendo como único alimento la Eucaristía.Espiritualidad y humildadJuan Pablo II subrayó que «Sor Eusebia Palomino, de las hijas de María Auxiliadora, respondió a la llamada de Dios a través de una intensa espiritualidad y una profunda humildad en su vida diaria». Para la muchacha salmantina que pasó casi toda su vida religiosa en una escuela de Valverde del Camino, «lo importante era amar y servir; el resto no contaba», fiel a la máxima salesiana de «dame almas y quítame todo lo demás». Según el Papa, aquella mujer sencilla, «trazó, con la radicalidad y coherencia de sus opciones, un camino fascinante y exigente de santidad para nosotros y, muy especialmente, para los jóvenes de nuestro tiempo».La delegación oficial española, presidida por el ministro consejero de la Embajada de España ante la Santa Sede, Luis Belzuz, a quien acompañaba su esposa, contó con la presencia de los alcaldes de Cantalpino (Salamanca) y de Valverde del Camino (Huelva), los dos pueblecitos que enmarcan, entre 1899 y 1935, la vida de Eusebia. El obispo onubense, Ignacio Noguer, intervino en la ceremonia pidiendo al Papa la beatificación de aquella chiquilla de familia muy pobre que empezó a trabajar como niñera a los doce años en Salamanca, derrochó afecto por las niñas de Valverde del Camino, predijo la Guerra Civil, ofreció su dolorosa enfermedad por las almas y difundió la devoción al Amor Misericordioso, revelado pocos años antes a Santa Faustina Kowalska.

lunes, 18 de abril de 2011

Una bonita oracion a Sor Eusebia

Oh Dios, dador de todo bien, que otorgas tu sabiduría a los pequeños y humildes, te suplicamos quieras glorificar a tu humilde sierva Sor Eusebia, y concedernos por su intercesión, la gracia que te pedimos... (dígase la gracia que se desea obtener).
Te suplicamos además, oh Dios Padre Nuestro, que siguiendo las huellas de esta heroica Hija de María Auxiliadora, muchas otras almas la imiten, sea en el mundo o en la vida consagrada, que tan amorosamente profesó en la estela fecunda de San Juan Bosco y María Mazzarello.

lunes, 4 de abril de 2011

Hermana salesiana, al fin!!!!

La Madre Vicaria fue a Salamanca y la aceptó como postulante. Eusebia hizo su noviciado en Barcelona, donde ejemplificó a sus compañeras con su humildad y su sonrisa. Se convirtió en Hija de María Auxiliadora en 1924 y fue enviada a Valverde del Camino como cocinera y ayudante doméstica. Empezó a llevar a cabo su trabajo ordinario extraordinariamente igual a como Don Bosco quería, tanto que el Señor la llenó de dones.
Las niñas atraídas por su espiritualidad
Las niñas siempre querían estar cerca de ella, atraídas por su espiritualidad. Empezó a trabajar en el Oratorio. Seminaristas, adultos y sacerdotes solicitaban su consejo, animados por su espíritu de oración y por su fe convincente. Ella difundió la devoción a las Llagas Sagradas del Señor y a la llamada esclavitud Mariana de San Luis M. Grignion de Montfort. Se ha hablado de muchas cosas maravillosas que le sucedieron durante su vida.

Como ayudante de cocina de las hermanas

Fue enviada a Salamanca, primero a hacerse cargo de los niños y después como asistente del albergue. Ella quería en realidad se Hermana. Un día, mientras trabajaba con la azada, encontró una medalla de María Auxiliadora. Poco tiempo después una misteriosa amiga la llevó al Oratorio de las Hermanas. La invitaron a quedarse allí como ayudante. Cosa rara, la cocina fue su lugar para educarse y a menudo iban a la cocina para obtener una palabra amable de esta chica de la cocina, joven e ignorante.

Aprendiendo de su padre

En cierta época del año, Eusebia y su padre tenían que salir a pedir limosna a los pueblos cercanos, pero lo hacían con alegría y con una fe llamativa.En esos largos viajes, Agustín le inculcó a su hija la fe y ella demostró su interés en aprender los misterios de Nuestro Señor. Eusebia trabajaba, rezaba y quería a su familia. El día de su Primera Comunión Eusebia lo vivió intensamente. Poco después fue empleada para ayudar a una familia pudiente. Ella no dejó de prestar atención a su crecimiento como adolescente, poniendo su amistad con Jesús en el primer lugar.

Milagroso cuadro de Sor Eusebia

Sinceramente me gusto esa historia milagros, por eso msimo quiero compartirla en mi blog:

Manuel Parreño Rivera es el autor de un cuadro de Sor Eusebia. Por lo ocurrido mientras se pintó, se considera un milagro. El cuadro se ha convertido en una parte importante del proceso de beatificación de Sor Eusebia. Veamos por qué.
Manuel no tiene manos; pinta con los pies. Estudió Bellas Artes en la Escuela "Santa Isabel de Hungría" de Sevilla. Ha cumplido 72 años en 2010 y vive en Valverde del Camino, localidad de Huelva en la que nació.
Este singular valverdeño se confesaba "ateo consumado
Al pueblo venían autocares de distintos lugares de España. Sor Eusebia era ya un auténtico tesoro custodiado con formidable cariño por los valverdeños. La fama de santidad de la humilde mendiga salmantina, que trabajó y murió en la casita salesiana del bonito pueblo de Huelva, era un imán auténtico para incontables almas necesitadas de su celeste protección.
Un día, Sor María Luisa Aparicio, directora del Colegio de las Hijas de María Auxiliadora de Valverde del Camino, tuvo una luminosa idea: ¿por qué nuestro famoso pintor local no nos hace un retrato hermoso de Sor Eusebia Palomino?... Rápidamente se lo propuso al artista.
"Existía una repugnancia tal en mi fuero interno
Le entregaron una fotografía de escasa calidad, en blanco y negro. A pesar de que Manuel se había especializado en el retrato, se sentía incapaz de comenzar su obra tratándose de una persona a quien no había conocido., confiesa nuestro hombre. Pero pasaba el tiempo y la gente le paraba por la calle confesándole que Sor María Luisa Aparicio no perdía la fe en que el retrato se vería acabado cualquier día...
Al encargarle el retrato, Manuel considera "enormemente difícil" llevarlo a cabo. Tanto es así que dilató el comienzo de su obra nada menos que 6 años, seis...
Un Jueves Santo, el pintor salió de su casa despidiéndose de su esposa al tiempo que le dirigía alguna frase escéptica sobre el retrato de Sor Eusebia que iba a comenzar. Al llegar al estudio, encontró un lienzo de 130 por 81 cm. preparado por un alumno suyo cuatro días antes. No estaba la tela lo suficientemente tensa, ya que el aprendiz no disfrutaba todavía de la experiencia conveniente. De buenas a primeras aparece en escena un representante de una casa de lienzos de Alicante. Siempre que venía este Señor a Valverde lo hacía por razones comerciales, profesionales.
Pasó por el pueblo y dijo: "Voy a acercarme al estudio de Manolo para ver si necesita algo". Efectivamente: tensó el lienzo en 10 minutos, lo dejó perfectamente, se despidió y Parreño ya no le vio más. comenta el maestro valverdeño en los cinco folios que ha redactado y ha dado su consentimiento para que sean divulgados.
"¿Qué ocurre aquí?... No lo sé. La verdad es que este hombre no estaba citado y se presentó"
Sin carboncillo ni retrato previo, el artista impregna el pincel y comienza a pintar la figura. "Lo normal es corregir, dice Manuel, pero no hubo necesidad de ello". Un accidente inesperado en la elaboración del cuadro hizo que Parreño comenzara a ensartar improperios... Al resbalar el pincel, una mancha cayó sobre el ojo de la retratada. El artista aparta con un dedo (no olvidemos que trabaja con sus pies al carecer de manos) esa mancha y se sobrecoge, ya que no ha necesitado de pincel alguno para corregir el retrato definitivamente. "Sentí tanto miedo que cerré la puerta y me marché a casa".
Manuel Parreño tarda normalmente unos 14 ó 15 días
Parreño se había encarado con la foto de Sor Eusebia: "Bueno, vamos a ver si es verdad lo que dicen de ti. No tenemos tiempo material. Yo sé que dentro de 14 días tu cuerpo va a ser trasladado al colegio. A mí me gustaría quedar bien y comprobar si tus prodigios son ciertos..."
Por aquellos días pasaron por la casa del pintor más de 400 personas. Por lo menos 50 de ellas (que habían conocido personalmente a la Hija de María Auxiliadora) declaraban la autenticidad de su expresión., que solamente se ve a través de la fotografía -que en este caso era pequeña y en blanco y negro- es un hecho que el pintor jamás puede soñar en conseguir sin tener una referencia más amplia", afirma el maestro.
"Conseguir una expresión de una persona que no se conoce
"Mi interpretación del cuadro es la siguiente: concibo a Sor Eusebia en el cielo, con Dios Padre. La lectura es mensaje directo del cielo que está recibiendo Sor Eusebia. La cara refleja esa expresión radiante. Yo lo interpreto así ahora, pero no lo hice pensando en ello. Aquello salió... Yo fui el vehículo. No vamos a quitar importancia al pintor, pero es que, en realidad, yo no la quiero, no quiero esa importancia."
"Lo confieso noblemente. Una vez que el cuadro de Sor Eusebia estuvo terminado, supe interpretar lo que allí había. Es decir, estoy diciendo esto para que la gente vea que yo no pensé en aquello. No estaba concebido por mí."
"Todo el mundo lo sabe. Yo he vivido siempre al margen de todo tipo de religión. Ser protestante, ortodoxo, católico o testigo de Jehová, a mí me tiene un poco sin cuidado. Yo he vivido siempre libre."
"Antes vivía en una constante tensión y hoy estoy relajado, con una paz extraordinaria y esto se produce a raíz de pintar el cuadro de Sor Eusebia. Esto lo puedo confesar noble y gallarda y humanamente..."
"Estaría dispuesto a manifestar la verdad de lo que me ha sucedido ante los Tribunales, si fuese menester."

en acabar un retrato para que quede a su gusto. Si le presionan demasiado, puede concluirlo en 5 ó 6 días. Por eso, cuando Manuel contempló el retrato de Sor Eusebia dispuesto para ser admirado por el público después de 4 horas y media de trabajo solamente, le recorrió su espalda un repeluzno.
"La mayoría de los retratos los he hecho al natural, con la persona presente"
-dice el artista del que nos ocupamos- que no me permitía tomar los pinceles y la paleta para plasmar la figura de Sor Eusebia".
, hombre muy reacio a las corrientes religiosas".

lunes, 28 de marzo de 2011

El noviciado

El 5 de agosto de 1922 empezó el noviciado. Se alternaban horas de estudio, de oración y de trabajo, en unas jornadas que la llenaban de felicidad. Después de dos años, se consagró totalmente al Señor con los votos religiosos.

Fue destinada a la casa de Valverde del Camino, pequeña ciudad de nueve mil habitantes, situada en el extremo suroeste de España, en la zona minera de Andalucía, al confín con Portugal. Las niñas del colegio y del oratorio, en el primer encuentro, quedaron desilusionadas. La nueva hermana tenía un aspecto insignificante, pequeña y pálida, con manos gruesas y además un nombre feo.

A la mañana siguiente, la hermana Eusebia ya estaba en su lugar de trabajo, un trabajo variado: cocina, portería, ropería, cuidado del pequeño huerto y asistencia a las niñas del oratorio festivo. Era feliz de «estar en la casa del Señor por todos los días de su vida».

Pronto las niñas se fueron sintiendo atraídas por las narraciones de hechos misioneros, vidas de santos, episodios de la devoción mariana, o anécdotas de don Bosco, que la hermana Eusebia recordaba gracias a su gran memoria; además, sabía hacerlas atractivas por su convencimiento y su fe sencilla.

Fue en ese colegio donde esparció el aroma de su santidad y de su espíritu salesiano, como destacada hija de su fundador San Juan Bosco y de María Auxiliadora, siendo para todos y para todo, alegre, sencilla, humilde, servicial y muy dispuesta. Aprovechaba todos los momentos libres del día para enseñar a las niñas de su querido colegio valverdeño, todas las virtudes cristianas y sobre todo, que la verdadera sabiduría es la paz y unión con Dios. Aprovechaba también los domingos y días festivos, en los "oratorios", para enseñarles el Catecismo y hablarles del amor a la Santísima Virgen y a Nuestro Señor Jesucristo.

Su primer encuentro con Jesus...

Su primer encuentro con Jesús Eucaristía, a la edad de ocho años, le dio una sorprendente percepción del significado de pertenecer y de ofrecerse totalmente al Señor como don.

Muy pronto tuvo que dejar la escuela para ayudar a la familia y dio prueba de una madurez precoz al cuidar, a pesar de su poca edad, a niños de algunas familias del pueblo mientras sus padres iban a trabajar. A los doce años se trasladó a Salamanca, con su hermana mayor, y se puso a servir como niñera.

Los domingos por la tarde iba al oratorio festivo de las Hijas de María Auxiliadora; las religiosas la invitaron a ayudar a la comunidad. Eusebia aceptó con mucho gusto y enseguida puso manos a la obra: ayudaba en la cocina, acarreaba la leña, colaboraba en la limpieza de la casa, tendía la ropa en el patio grande, iba a acompañar al grupo de las estudiantes a la escuela estatal y hacía los mandados en la ciudad.

En su interior fue creciendo el deseo secreto de consagrarse totalmente al Señor. Pensaba: «Si cumplo con diligencia mis deberes, tendré contenta a la Virgen María y podré un día ser su hija en el Instituto». No se atrevía a pedirlo, por su pobreza y falta de instrucción; no se creía digna de tal gracia, pues pensaba: «¡Es una congregación tan grande!».

ºoO Niñes de la pequeña Eusebia Ooº

Sor Eusebia fue una Religiosa Salesiana que nació en Cantalpino (Salamanca, España), el 15 de Diciembre de 1899 y murió en olor de Santidad el 10 de Febrero de 1935, en Valverde del Camino (Huelva, España). Su familia era muy rica de fe, pero muy escasa de medios económicos. Agustín, el padre, hombre de gran bondad y dulzura, trabajaba como bracero temporal al servicio de los terratenientes de los alrededores, y su madre Juana Yenes atendía la casa con los cuatro hijos.
Cuando en el invierno el campo reposaba y el trabajo faltaba, el pan escaseaba. Entonces el padre se veía obligado a pedir la caridad de otros pobres en los pueblos de la zona. Algunas veces lo acompañaba la pequeña Eusebia, de apenas siete años, que, ignorante de lo que costaban esas humillaciones, disfrutaba con las caminatas por los senderos del campo y alegremente correteaba y saltaba junto a su padre, el cual le hacía admirar la belleza de la creación y la luminosidad del paisaje de Castilla, dándole catequesis.

lunes, 21 de marzo de 2011

Sor Eusebia Palomino

Nacida en Cantalpino(Salmanca, España)el 15 de diciembre de 1899, Eusebia Palomino Yenes vive un infancia pobre, pero feliz y luminosa de fe en la paperrima casa en la cual su madre y hermanas alternan el trabajo y la oración en un clima de amor reciproco y de benévola caridad hacia todos.
Su misma vida es precozmente marcada por fatigosas jornadas de trabajo, a servicio de las familias de la aldea.
DE su padre aprendió con vivo interés las primera nociones del catecismo              , que le permitieron recibir el Pan del Cielo alos nueve añios. En ese momento Eusebia viv3e en su interior algo grande e inefable: Salto la chispa de un intenso amor de Jesùs sacramentado, que le da gran felicdad en cada encuentro eucarístico.
Este amor la lleva a vencer toda dificultad y a superar el tirno afecto que siente por su familia, para consagrarse enteramente al Señor como Hija de Maria Auxiliadora (1924).